La localidad de General Rodríguez vive horas de conmoción tras el hallazgo del cuerpo de Nayla Malena Agüero, una niña de 8 años, quien fue encontrada sin vida en el ropero del vecino de su familia, Ariel Axel Díaz, de 18 años.
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El horror comenzó cuando Natalia Herrera, madre de la pequeña, denunció la desaparición de Malena mientras jugaba en una pileta de lona en el patio de su casa. “Estaba jugando, me dijo que iba a cambiarse y hablar con una vecina. Después no la escuché más”, relató entre lágrimas.
El hallazgo y la detención
Tras la denuncia, la policía inició un operativo de búsqueda que, en un primer momento, no dio resultados. Sin embargo, los investigadores decidieron regresar al lugar donde Malena fue vista por última vez. Fue entonces cuando revisaron nuevamente la casa de Díaz, quien vivía en la planta baja del mismo terreno.
En esa segunda inspección, los efectivos encontraron el cuerpo de la niña envuelto en sábanas dentro de un ropero. Ariel Axel Díaz fue inmediatamente detenido y trasladado a una dependencia policial, mientras los vecinos intentaban incendiar su vivienda.
La fiscal Gabriela Urrutia, a cargo de la UFI N°10 del departamento judicial Moreno-General Rodríguez, interviene en el caso. Ahora se aguardan los resultados de la autopsia para determinar las causas de la muerte de Malena.
El desgarrador testimonio de los padres
Natalia y Jonathan, los padres de Malena, hablaron con los medios en medio del dolor. “Cuando no la escuché más, empecé a buscarla por todos lados. Le pregunté a Ariel si la había visto y me dijo que no, que se estaba bañando. Después, la policía fue a su casa y dijo ‘lo siento mucho’. Ahí supimos que algo había pasado”, contó Natalia, profundamente angustiada.
Jonathan, por su parte, apenas pudo contener las lágrimas mientras acompañaba a su esposa. “Mi hija era inocente, no merecía esto. Solo pedimos justicia”, expresó.
Un vecino que vivía aislado
La madre de Malena también recordó que Ariel Axel Díaz tenía un perfil reservado: “Vivía encerrado y casi no salía de la casa. Nunca imaginé que algo así podía pasar”. Según contó, mantenían una relación cordial, pero distante, ya que la familia de Díaz era propietaria de la vivienda que ellos alquilaban.
Exigen justicia
El brutal crimen de Malena ha movilizado a la comunidad, que exige justicia por la niña. El caso también reaviva el debate sobre la protección de los menores y la prevención de delitos en el entorno cercano.
La pequeña Malena fue recordada por su madre como una niña alegre y cariñosa. “Era inocente. Solo queremos que el responsable pague por lo que hizo”, concluyó Natalia, quebrada por el dolor.