El Gobierno flexibiliza la exportación de residuos y busca alinear la normativa con estándares internacionales

En un giro significativo para el sector del reciclaje y la gestión de residuos, el Gobierno implementó cambios en la normativa que regula la exportación de desechos, ajustándola a los estándares del Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación.

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La nueva regulación exige que los exportadores presenten una Declaración Jurada asegurando que los materiales exportados no son peligrosos, en línea con la normativa nacional e internacional. Asimismo, deberán demostrar que su carga cumple con las regulaciones internacionales para garantizar que los residuos sean adecuados para la exportación y no representen riesgos ambientales.

Definiciones clave y clasificación de residuos

El marco legal introduce conceptos fundamentales para organizar la comercialización de residuos:

Residuo: Toda materia, sustancia u objeto generado por cualquier actividad, cuya disposición, reciclaje o recuperación sea necesaria o esté en proceso.

Residuo no peligroso valorizado: Material que, tras ser tratado, ha eliminado su carácter de peligrosidad y no se encuentra alcanzado por la normativa de residuos peligrosos.

Valorización: Procedimiento que permite aprovechar recursos contenidos en los residuos a través de reciclaje físico, químico, mecánico o biológico, y su reutilización.

El argumento del Gobierno: “La prohibición era nociva”

Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, defendió los cambios al asegurar que la prohibición previa generaba efectos negativos tanto para la economía como para el medio ambiente.

“El precio deprimido de los desechos desincentivaba el reciclaje, afectando negativamente a amplios sectores de la economía. Por ejemplo, los cables de cobre descartados por empresas de telecomunicaciones, que tienen un activo mercado en el exterior, no podían exportarse”, explicó el ministro.

Sturzenegger también destacó que la normativa anterior beneficiaba a los grandes procesadores de chatarra, mientras perjudicaba a las empresas más pequeñas del sector reciclador. “Se perdían centenas de oportunidades de negocio para la valorización de residuos”, señaló.

Un paso hacia la economía circular

Con esta flexibilización, el Gobierno busca estimular la actividad económica vinculada al reciclaje, promoviendo la valorización de materiales y la generación de empleo en pequeñas y medianas empresas. No obstante, el cumplimiento de estándares internacionales será fundamental para evitar impactos negativos en el medio ambiente.

Los nuevos lineamientos intentan equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental, en un contexto global donde la economía circular se presenta como una alternativa necesaria para enfrentar los desafíos ecológicos. Ahora resta ver cómo se implementarán estas medidas y si lograrán armonizar los intereses de los distintos sectores involucrados.