En una movida que podría desencadenar una guerra comercial global, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el jueves a su equipo económico diseñar un plan para imponer aranceles recíprocos a los países que graven las importaciones estadounidenses.



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Desde la Oficina Oval, Trump fue claro y directo: “En materia de comercio, he decidido, por razones de equidad, que cobraré un arancel recíproco. Cualquier país que le cobre a Estados Unidos de América, se lo cobraremos. Ni más ni menos”. Con esta declaración, el mandatario dejó en claro que su administración no piensa quedarse de brazos cruzados ante lo que considera un trato desigual en el comercio internacional.
Un Memorando Que Pone en Marcha la Máquina Arancelaria
El documento firmado por Trump instruye a su equipo a comenzar los cálculos necesarios para igualar los aranceles de otros países y también contrarrestar barreras no arancelarias. Entre estas últimas se incluyen regulaciones de seguridad vehicular que limitan la entrada de autos estadounidenses y los impuestos al valor agregado, que encarecen los productos norteamericanos en mercados extranjeros.
Aunque la directiva no impone aranceles de inmediato, da inicio a un proceso que podría durar semanas o incluso meses. El objetivo es claro: estudiar los gravámenes impuestos a los productos estadounidenses y diseñar una estrategia de represalia. Entre los países en la mira se encuentran China, Japón, Corea del Sur y la Unión Europea, todos con importantes superávits comerciales frente a EE.UU.
Reacciones en el Mercado y Temores de Inflación
La posibilidad de una guerra comercial de gran escala generó nerviosismo en los mercados. Sin embargo, tras conocerse que la medida aún está en etapa de estudio, Wall Street respiró aliviado y las acciones estadounidenses cerraron la jornada en positivo. Un índice global de acciones tocó un máximo histórico, mientras que los bonos del Tesoro estadounidense vieron caer sus rendimientos.
Uno de los puntos de mayor preocupación es el impacto en la inflación. Si bien Trump ha prometido bajar los precios al consumidor, admitió que en el corto plazo podrían aumentar como resultado de los nuevos aranceles. No obstante, se mostró confiado en su estrategia y lanzó una de sus frases características: “Los aranceles son geniales”.
Un Plazo Fijo: 1° de Abril
Howard Lutnick, elegido por Trump para ocupar el cargo de secretario de Comercio, aseguró que el gobierno evaluará cada país de manera individual y que los estudios estarán completos para el 1 de abril. La fecha no es casual: ese mismo día vence el plazo que Trump impuso en su primer día en el cargo para recibir planes concretos sobre cómo reducir los desequilibrios comerciales de Estados Unidos.
El funcionario de la Casa Blanca que informó a la prensa antes del anuncio de Trump explicó que la administración comenzará por analizar a los países con los mayores superávits comerciales y tasas arancelarias más altas. La intención es establecer aranceles equivalentes a los impuestos más elevados cobrados por otras naciones, así como contrarrestar barreras regulatorias, subsidios y políticas cambiarias que afectan la competitividad de los productos estadounidenses.
¿Guerra Comercial en el Horizonte?
El anuncio de Trump marca otro capítulo en su agresiva política comercial, una que ha sacudido a socios y rivales por igual. Si bien por ahora no hay medidas concretas, la amenaza de aranceles recíprocos deja en claro que el presidente está dispuesto a jugar fuerte en la arena del comercio internacional.
El interrogante es cómo reaccionarán los demás países ante esta postura y si, en efecto, el mundo está a las puertas de una guerra comercial a gran escala. Lo que es seguro es que el reloj ya está corriendo y el 1° de abril podría ser un día clave en el futuro de la economía global.