En un giro inesperado que tensiona aún más las relaciones entre Venezuela y Argentina, el presidente venezolano Nicolás Maduro acusó al gendarme argentino Nahuel Gallo de intentar asesinar a la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez.
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Las declaraciones, realizadas en una transmisión de la televisión estatal, han generado un fuerte rechazo desde el gobierno argentino, que desmintió categóricamente las acusaciones.
Una acusación sin fundamentos
Maduro aseguró que Gallo llegó a Venezuela con el supuesto objetivo de atentar contra Rodríguez, en el marco de lo que calificó como una “conspiración” en la que también involucró al gobierno argentino. Sin embargo, el mandatario no presentó evidencia alguna que respalde sus afirmaciones.
“Gracias a Dios, siempre tenemos que agradecerle a él, tenemos una inteligencia muy buena; ellos venían desde el sur de América con planes específicos para intentar atentar contra la vida de la vicepresidenta Delcy Rodríguez”, afirmó Maduro. Además, desestimó las razones personales del viaje de Gallo, al declarar: “Es mentira que tiene una novia aquí, ese señor tiene su esposa en Argentina”, ignorando que la esposa del gendarme ha reclamado públicamente la liberación de su marido.
El contexto de la detención
Nahuel Gallo, de 33 años, fue detenido el 8 de diciembre de 2024 mientras intentaba ingresar a Venezuela desde Colombia. Según las autoridades venezolanas, el gendarme planeaba realizar acciones desestabilizadoras bajo la fachada de una visita familiar para encontrarse con su esposa e hijo en Caracas.
Desde el gobierno argentino se rechazaron de plano estas acusaciones, calificándolas de infundadas y señalando que el caso pone en grave riesgo los derechos humanos de Gallo. “Gallo se encuentra en una situación de gravedad y urgencia, con riesgo de daño irreparable a sus derechos”, expresó un comunicado oficial.
Denuncia ante la Corte Penal Internacional
La Cancillería argentina denunció la detención como arbitraria y exigió la liberación inmediata de Gallo. Además, presentó una queja formal ante la Corte Penal Internacional, argumentando que el caso se enmarca dentro de un patrón sistemático de crímenes de lesa humanidad que, según organizaciones internacionales, caracteriza al régimen de Maduro.
Teorías conspirativas en juego
El relato de Maduro refuerza una teoría conspirativa previamente planteada por su ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, quien afirmó que Gallo estaba realizando tareas de espionaje en territorio venezolano. Estas declaraciones llegan a pocos días del final del mandato de Maduro, en un contexto de creciente presión internacional sobre el régimen por la situación de derechos humanos en el país.
Mientras tanto, desde Argentina se intensifican los reclamos por la liberación del gendarme y se condenan los intentos de vincular al gobierno nacional con supuestas conspiraciones contra Venezuela. La escalada de declaraciones suma un nuevo capítulo a la ya compleja relación entre ambos países.