El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, conocido por su austeridad y su filosofía de vida profundamente humanista, ofreció recientemente declaraciones que conmocionaron tanto a sus compatriotas como a sus seguidores en todo el mundo.
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A los 88 años, Mujica enfrenta con una serenidad notable la etapa final de su vida, tras confirmar que el cáncer de esófago que padece desde 2024 se ha expandido al hígado.
“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas”, reveló en una entrevista con el medio uruguayo Búsqueda. Consciente de sus limitaciones físicas, el exmandatario explicó que no es candidato a tratamientos más agresivos ni a intervenciones quirúrgicas: “Mi cuerpo no lo aguanta”.
El derecho al descanso
Fiel a su carácter, Mujica pidió que lo dejen vivir esta etapa con tranquilidad. “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, expresó.
Desde su chacra en Rincón del Cerro, donde vive junto a su esposa, Lucía Topolansky, Mujica dejó entrever cómo imagina su partida. “Yo me voy a morir acá”, dijo con firmeza, mientras señalaba el lugar donde descansa su querida perra Manuela. “Ahí afuera hay una sequoia grandota. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”.
Un líder que se despide con gratitud
El veterano político también reflexionó sobre el futuro de su espacio, el Movimiento de Participación Popular (MPP), tras la victoria electoral de Yamandú Orsi, quien asumirá como presidente el próximo 1° de marzo. Mujica, orgulloso del legado que deja, afirmó: “Me voy tranquilo y agradecido”.
Sin embargo, dejó en claro que no tiene intenciones de participar en el próximo gobierno: “No pienso saber nada ni quiero ver nada porque lo peor que hay es armar un gobierno”. En un gesto de despedida, envió un mensaje a sus compatriotas: “Les doy un abrazo a todos. Aprendí que el fundamento de la democracia es el respeto, incluso hacia quienes piensan distinto”.
La convivencia con la enfermedad
En abril de 2024, Mujica anunció públicamente su diagnóstico de cáncer de esófago, una noticia que él mismo describió con la crudeza que lo caracteriza: “Esta vez me parece que la parca viene con la guadaña en ristre. Mientras el rollo aguante, seguiré militando y entretenido con las verduras”.
Desde entonces, enfrentó la enfermedad con tratamientos paliativos y un dispositivo médico que le permite alimentarse mejor. Su historial médico incluye una enfermedad inmunológica crónica y un cuerpo marcado por los años de lucha, con cicatrices físicas y emocionales que narran una vida al servicio de sus ideales.
El recuerdo de un viejo “medio loco”
Pepe Mujica no teme al legado que deja. “Me recordarán como un viejo medio loco, porque ya a los 21 años quería transformar el mundo”, dijo con humor. Con su inconfundible autenticidad, resumió su trayectoria: “Me estoy despidiendo de una vida intensa, llena de militancia y contradicciones. No hay nada como la democracia, y por eso, hasta el final, sigo batiéndome por ella”.
Así, mientras la salud le da batalla, Mujica continúa siendo fiel a sí mismo: un hombre que nunca dejó de soñar, de pelear, y de querer transformar el mundo, incluso desde su chacra.