Tus dólares, tu decisión (y tu fe): El Gobierno lanza un plan para blanquear ahorros con promesas de libertad económica

El Ejecutivo lanza un ambicioso programa para blanquear ahorros en dólares, promete eliminar controles impositivos y garantizar libertad financiera, pero expertos advierten sobre los riesgos de fomentar la informalidad sin control real.

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En una jornada con fuerte impronta discursiva, el Gobierno nacional presentó este jueves el “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”. Un título ampuloso para un programa que, en términos prácticos, busca convencer a los ciudadanos de sacar los dólares del colchón, las cajas de seguridad o los paraísos fiscales, y ponerlos a rodar en la economía formal. Todo esto, envuelto en promesas de “libertad”, “no persecución” y “respeto a la propiedad privada”.

“Tus dólares, tu decisión”, fue el eslogan elegido. Breve, directo, aspiracional. Pero también cargado de subtexto político e ideológico. La presentación, encabezada por el vocero presidencial Manuel Adorni y el ministro de Economía Luis Caputo, no ahorró en declaraciones grandilocuentes ni en ataques al modelo impositivo del pasado. El blanco fue claro: la AFIP, los controles de capitales y todo lo que suene a intervención estatal.

“Se busca atraer a los argentinos de bien a la formalidad”, dijo Adorni desde la Casa Rosada, como si hubiese un subtexto sobre quiénes son los «de mal».

Según el Gobierno, el plan incluirá un decreto que terminaría con los «controles absurdos» sobre la circulación de divisas y un proyecto de ley para “blindar” a los contribuyentes honestos de futuras persecuciones impositivas. En otras palabras, una suerte de indulto económico que intenta abrir las compuertas del ahorro privado sin exigir demasiado a cambio.

Luis Caputo, exbanquero reconvertido en superministro, sostuvo: “Queremos que la gente tenga la libertad de manejar sus ahorros”. Y esa libertad, según entiende esta administración, se traduce en que el Estado deje de mirar con lupa cualquier movimiento de dólares. Es la contracara del modelo anterior, donde el control cambiario funcionaba como ancla de crisis recurrentes.

¿Cambio de paradigma o lavado con marketing?

El anuncio fue celebrado por sectores empresariales y del mercado financiero, pero también despertó suspicacias entre economistas y dirigentes opositores. ¿Es esto un sinceramiento fiscal camuflado? ¿Un blanqueo exprés con nombre nuevo? ¿Un guiño a los grandes patrimonios no declarados?

Las señales son ambiguas. Por un lado, el Gobierno insiste en que “los argentinos vuelven a ser inocentes hasta que ARCA (la nueva AFIP) demuestre lo contrario”. Una frase con tono libertario, pero que también podría habilitar zonas grises donde los controles sean tan laxos que terminen siendo nulos.

Por otro lado, Adorni aclaró que el Estado “no retrocederá ni un milímetro en la lucha contra el crimen organizado”. Una línea pensada para despegarse de la idea de que el plan puede facilitar maniobras de lavado. Pero la frontera entre un evasor estructural y un “ahorrista desconfiado” puede volverse difusa en un país donde la informalidad es la norma.

Confianza, ese viejo pendiente

La gran apuesta del Gobierno, en el fondo, es recuperar la confianza. Que los argentinos crean que esta vez no los van a volver a estafar, que el Estado no meterá mano, que no habrá un nuevo corralito ni un manotazo fiscal disfrazado de solidaridad. Pero la historia pesa. Y los dólares, como el amor, no vuelven fácil cuando se los traiciona.

El plan puede tener éxito si logra captar fondos dormidos y reactivar consumo e inversión. Pero también puede convertirse en otro anuncio más para la tribuna, si no hay una transformación real del vínculo entre el ciudadano y el Estado.

Por ahora, lo cierto es que el Gobierno apuesta fuerte al marketing de la libertad económica. Y como en todo acto de fe, el resultado dependerá de si los creyentes deciden, finalmente, abrir la caja fuerte.