Santiago de Chile — La pasión por el fútbol vivió una de sus jornadas más oscuras este jueves en el Estadio Monumental de Santiago de Chile.



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Dos simpatizantes —una joven de 18 años y un chico de apenas 13— murieron en la previa del partido entre Colo Colo y Fortaleza de Brasil, correspondiente a la segunda fecha del Grupo E de la Copa Libertadores, luego de ser atropellados por un camión hidrante en medio de una avalancha de hinchas.
Todo ocurrió en las inmediaciones de la cancha, cuando cientos de personas intentaron ingresar por la fuerza a través de los sectores de Tucapel y Caupolicán, sobre la calle Marathon. La desesperación por entrar al estadio provocó una estampida que derivó en la caída de una reja. En ese contexto, intervino la Policía Nacional (Carabineros de Chile) con camiones hidrantes y gases lacrimógenos, lo que agravó aún más la situación.
Según el relato del fiscal de Flagrancia Oriente, Francisco Mores, “alrededor de las 18:30, un grupo de sujetos intenta ingresar a la Casa Alba y luego al Estadio Monumental. En ese marco, el personal policial actúa para frenar el ingreso, y se produce una estampida”. Y añadió: “Se investiga si algún carro policial tuvo participación directa en el fallecimiento de los jóvenes”.
Los primeros informes indican que una reja cayó y aplastó a las víctimas, aunque el peso adicional podría haberse originado por el propio vehículo de la policía, cuyo conductor sería imputado en las próximas horas.

A pesar de los incidentes, el partido comenzó igual. Pero cuando ya se habían disputado 70 minutos, la trágica noticia se propagó en las tribunas. Fue entonces cuando varios hinchas ingresaron al campo de juego, rompiendo mamparas de vidrio, para exigir la suspensión del encuentro. Los jugadores de Fortaleza se retiraron al vestuario, mientras que los de Colo Colo intentaron calmar a los fanáticos.
El periodista chileno Lucas Aguayo, corresponsal de la Unión de Reporteros de Argentina (UNAR), relató los dramáticos momentos en diálogo con La Oral Deportiva: “Justo antes de que arranque el duelo, hubo una avalancha. Cuando ocurrió la estampida, la Policía arrolló a dos personas. Fue desgarrador”.
Aguayo también explicó que muchos hinchas intentaban colarse porque no tenían los papeles en regla para entrar. “Empezaron a empujar, y la Policía respondió con camiones hidrantes y coches lanza gases. Ahí se desató el caos: la gente empezó a correr desesperada y se produjo el atropello”.
La Fiscalía confirmó que hay al menos uno o dos posibles imputados por el hecho, y aunque aún no se sabe cuántos heridos hay en total, se habla de personas afectadas por los gases que podrían haber sufrido desmayos o asfixia.
Finalmente, tras una breve interrupción y ante la gravedad de los hechos, la CONMEBOL junto a los árbitros y representantes de ambos equipos, decidieron suspender el partido.
Lo que debía ser una fiesta futbolera terminó en tragedia. Y ahora, el fútbol sudamericano enfrenta una nueva mancha que exige respuestas, justicia y, sobre todo, un compromiso serio para evitar que esto vuelva a repetirse.