La red social TikTok, popular entre adolescentes y creadores de contenido, comenzó a reanudar su servicio para los 170 millones de usuarios estadounidenses después de un anuncio inesperado de Donald Trump.



4 minutos de lectura

El exmandatario, quien está a días de asumir nuevamente la presidencia, aseguró que emitiría una orden ejecutiva para darle un “respiro” a la aplicación de origen chino, prohibida desde el sábado por razones de seguridad nacional.
El cierre de TikTok se dio luego de que entrara en vigor una ley aprobada en abril pasado. Según la normativa, ByteDance, la empresa matriz de TikTok, debía vender sus operaciones estadounidenses o enfrentar la eliminación de la app de las tiendas digitales y servidores en el país. La ley contó con amplio respaldo bipartidista y fue avalada recientemente por la Corte Suprema.
Sin embargo, este domingo, Trump adoptó una postura conciliadora. “Les pido a las empresas que no permitan que TikTok permanezca a oscuras. El lunes emitiré una orden ejecutiva para extender el período de tiempo antes de que las prohibiciones de la ley entren en vigencia, para que podamos llegar a un acuerdo para proteger nuestra seguridad nacional”, declaró en su red social, Truth Social.
A raíz de estas palabras, TikTok comenzó a restablecer sus operaciones gradualmente. En un comunicado, la empresa agradeció al futuro presidente por “ofrecer la claridad y seguridad necesaria” y reafirmó su compromiso de trabajar en una solución a largo plazo que garantice su permanencia en el mercado estadounidense.
Por otro lado, la administración saliente de Joe Biden ya había adelantado que no aplicaría la prohibición en sus últimas horas en el cargo, dejando el manejo del tema en manos del gobierno entrante.
Si bien el gesto de Trump fue recibido con alivio por millones de usuarios, persisten dudas sobre la viabilidad de sus promesas. Expertos en derecho señalan que la ley ya está en vigor, por lo que la autoridad del futuro mandatario para retrasarla podría enfrentar desafíos legales.
El caso de TikTok se ha convertido en un símbolo de las tensiones crecientes entre Estados Unidos y China, en las que la tecnología y la privacidad de los datos están en el centro del debate. Con su reapertura temporal, la plataforma tiene un respiro, pero su futuro en suelo norteamericano sigue siendo incierto.