River Plate no pudo revertir la desventaja que arrastraba del partido de ida ante Atlético Mineiro y quedó eliminado de la Copa Libertadores en semifinales tras igualar 0 a 0 en el Monumental.
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El equipo de Marcelo Gallardo llegó a esta instancia con una derrota de 3 a 0 en Brasil, resultado que terminó siendo una mochila demasiado pesada de levantar para el conjunto Millonario.
Desde el primer minuto, River salió decidido a dar vuelta la serie. Con una presión constante y varias llegadas al área rival, intentó quebrar la defensa de Mineiro, que plantó un esquema defensivo sólido y se apoyó en la figura de su arquero, Éverson, quien tuvo una noche destacada. Sin embargo, la falta de precisión en los metros finales fue una constante para el equipo local, que no logró convertir ni un solo gol, una situación que terminó siendo clave en el desenlace de la serie.
Esta no fue la primera vez que Mineiro dejó afuera a River. En la Libertadores de 2021, también se impuso en cuartos de final, ganando el primer partido en Buenos Aires por 1 a 0 y luego goleando en la vuelta en Belo Horizonte. La historia pareció repetirse este año, consolidando a Mineiro como un rival difícil para los de Núñez en la competencia continental.
La estrategia de River fue clara: desde el comienzo, atacó sin descanso, generando algunas oportunidades de gol. Una de las más claras de la primera etapa estuvo en los pies de Miguel Borja, cuyo remate salió apenas desviado. El delantero colombiano estuvo activo y tuvo una segunda chance, pero tampoco logró conectar bien el balón para marcar el tan ansiado 1 a 0.
Otro que estuvo cerca fue Facundo Colidio, quien protagonizó una jugada brillante en el área, pero nuevamente la falta de puntería le jugó en contra y la pelota se fue apenas desviada.
En el segundo tiempo, las cosas se complicaron aún más para el Millonario. Mineiro generó su propia chance de abrir el marcador con un disparo potente de Deyverson que rebotó en el travesaño. Franco Armani, atento bajo los tres palos, logró controlar la situación y mantener la esperanza de los hinchas.
Con el tiempo jugando en contra, River se vio obligado a redoblar sus esfuerzos, y Gallardo buscó alternativas desde el banco. Sin embargo, las imprecisiones empezaron a aparecer, y la presión de la hinchada aumentó la tensión en el campo. Los últimos minutos fueron un intento desesperado de romper el cero con centros al área, apostando a la lucha de Adam Bareiro con los defensores rivales, pero Mineiro mantuvo su postura firme y logró resistir hasta el pitazo final.
El empate sin goles selló el destino de River en esta edición de la Libertadores, y el sueño continental se esfumó por otro año. Aunque fue protagonista en gran parte del partido, no alcanzó para revertir la serie y Mineiro avanzó a la siguiente fase, dejando a los de Núñez con la mirada puesta en el futuro y en la necesidad de repensar su estrategia para volver a ser competitivos en el máximo torneo de clubes de Sudamérica.
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