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En un Monumental repleto y con la impaciencia flotando en el aire, River se llevó un triunfo clave ante Independiente por la cuarta fecha del Grupo B del Torneo Apertura de la Liga Profesional. No jugó bien, sufrió más de lo esperado, pero terminó imponiéndose 2-0 con un doblete de Facundo Colidio en el segundo tiempo.
El equipo de Marcelo Gallardo arrancó con todo, empujado por su gente, pero con el correr de los minutos se fue desdibujando. Las imprecisiones y distracciones se hicieron notar y generaron fastidio en los hinchas, que no tardaron en hacer escuchar su descontento. Independiente, sólido y ordenado, le plantó cara al ‘Millonario’ y dejó en claro que es un rival duro en este torneo.
Cuando Leandro Rey Hilfer marcó el final del primer tiempo, el murmullo y los silbidos bajaron desde las tribunas. River no había encontrado los caminos y el 0-0 reflejaba lo que había pasado en el campo: un partido parejo, con más lucha que fútbol.
Pero en el complemento, los de Gallardo sacaron ventaja por dos factores: la jerarquía individual y el desgaste físico de Independiente. A los diez minutos, un cabezazo de Colidio rompió el cero y desató el desahogo en el Monumental, justo después de que la hinchada le recordara al equipo que había que “moverse”. Sin embargo, River siguió dejando dudas, perdiendo pelotas en el mediocampo y permitiendo que el ‘Rojo’ se animara a buscar el empate.
El cierre del partido trajo alivio para los locales. En tiempo de descuento, otra vez Colidio apareció para sentenciar la historia con el 2-0 definitivo. A pesar de la victoria, River sigue sin enamorar a su público, especialmente después de un mercado de pases ambicioso que todavía no da los frutos esperados. Jugadores como Enzo Pérez, que llegó como una de las figuras, no lograron marcar la diferencia en esta presentación.
El triunfo deja a River con aire en la tabla, pero con la obligación de mejorar su juego si quiere aspirar a más. En Núñez, ganar no siempre alcanza: hay que convencer.