Murió Ozzy Osbourne: el “Príncipe de las Tinieblas” apagó su voz a los 76 años

El legendario líder de Black Sabbath falleció este martes rodeado de su familia. Su salud venía deteriorada desde hace años. Se fue a solo dos semanas de su emotiva despedida en Birmingham.

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El mundo del rock está de luto. Este martes se confirmó una noticia que sacudió a fanáticos, músicos y amantes del heavy metal: Ozzy Osbourne falleció a los 76 años, rodeado de sus seres queridos. La familia del artista británico lo anunció con un breve y conmovedor comunicado en el que pidieron respeto por la intimidad en este difícil momento.

“Con más tristeza que las palabras pueden expresar, informamos que Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor”, dice el texto que dejó helado al mundo de la música.

Ozzy, apodado con justicia como el “Príncipe de las Tinieblas”, venía lidiando desde hace años con serios problemas de salud, entre ellos una avanzada lucha contra el mal de Parkinson. Su diagnóstico lo había alejado de los escenarios en 2019, obligándolo a cancelar giras y compromisos, aunque nunca se apagó su pasión por la música.

De hecho, su fallecimiento ocurrió apenas dos semanas después de su emotivo concierto despedida, en su Birmingham natal, frente a más de 50 mil personas y con récord de streaming global. El show, bautizado “Back to the Beginning”, fue una verdadera celebración de su legado, en el que compartió escena con leyendas como Guns N’ Roses, Steven Tyler y Ron Wood, entre otros. A pesar de su frágil estado, Ozzy subió al escenario y cantó sentado, pero su voz y presencia volvieron a estremecer a todos.

Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948, en un barrio obrero de Birmingham, su vida fue una montaña rusa de excesos, gloria, caos y reinvención. Alcanzó la fama mundial como la voz inconfundible de Black Sabbath, banda fundadora del heavy metal, con himnos como “Paranoid”, “Iron Man” y “War Pigs” que marcaron a fuego generaciones.

Cuando se alejó de Sabbath, lejos de apagarse, despegó una carrera solista monumental, con clásicos como “Crazy Train” y “No More Tears”. Su figura trascendió el género, alimentada por episodios insólitos, como cuando mordió la cabeza de un murciélago en pleno show, o cuando se convirtió en estrella de reality con The Osbournes, el programa de MTV que mostraba su vida cotidiana junto a su esposa Sharon y sus hijos Kelly y Jack.

Su paso por Argentina dejó huella en los fans locales. Visitó el país en varias ocasiones: Ferro y Obras en 1995, GEBA en 2011, Ciudad del Rock en 2015, y junto a Black Sabbath en Vélez en 2016 durante la gira The End Tour. Su última visita fue en 2018, nuevamente en Obras, con su gira No More Tours II.

Ozzy no solo fue un símbolo del metal, fue su corazón latiendo, su voz desgarrada, su locura creativa. En vida, vendió más de 100 millones de discos y recibió el reconocimiento de la industria musical, los fans y sus colegas por igual. Pero por sobre todo, dejó un legado que hoy, más que nunca, retumba en cada riff oscuro y en cada pogo con el puño en alto.

Se va una leyenda, pero su fuego no se apaga. Larga vida al Príncipe.
Ozzy para siempre.