Misiones 2025: La Renovación ya movió y La Libertad Avanza juega todo al arrastre de mileí

En el siempre particular escenario político de Misiones, el calendario aprieta y los movimientos se aceleran.

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A dos semanas del cierre de listas para las elecciones provinciales del 8 de junio, el oficialismo del Frente Renovador por la Concordia ya definió sus cartas, mientras que La Libertad Avanza, de la mano de Adrián Núñez y con el respaldo simbólico de Karina Milei, aguanta los nombres y apuesta fuerte a la imagen presidencial para romper el juego.

La jugada de la Renovación no sorprende: Sebastián Macías (Vialidad Provincial) y Paula Franco (Silicon Misiones) serán las caras visibles de un armado que viene con 20 años de maquinaria aceitándose sola. Carlos Rovira, Hugo Passalacqua, Lucas Romero Spinelli y Oscar Herrera Ahuad siguen al frente de una estructura que busca renovarse sin perder el control. Es el manual que vienen aplicando desde hace décadas: mover primero, marcar la cancha y dejar que la oposición corra de atrás.

Pero del otro lado del ring, los libertarios creen que ese apuro revela debilidad. «Se les acaba el tiempo para instalar candidatos», deslizan con picardía desde el búnker violeta. La apuesta de Núñez y compañía es clara: evitar que el debate se provincialice. Si el eje de la discusión gira en torno a «Milei sí o Milei no», creen tener la batalla ganada. Y por eso, el 9 de abril presentarán su lema y, diez días después, los nombres. Todos «puros», aclaran, sin pasado en la política tradicional misionera. Nadie buscará reelegir, aseguran, porque esto es «algo nuevo» que proyecta para los próximos 20 años.

El plan libertario replica, con matices, la estrategia nacional: mostrarse como lo nuevo, lo disruptivo, lo que no negocia con el «sistema». Y mientras tanto, evitar alianzas con lo que quedó de Juntos por el Cambio o el PJ. Ni PRO, ni UCR, ni sellos viejos. Solo Milei.

En el medio de todo esto, aparece un nombre que agita la interna opositora: Ramón Amarilla. El exsuboficial de la Policía de Misiones, detenido desde septiembre por liderar protestas que el gobierno provincial catalogó como «sedición», podría ser candidato de Unidos por el Futuro, espacio alineado con el diputado Miguel Núñez. La situación es incómoda: Amarilla es, para algunos, un símbolo de resistencia. Para otros, un candidato inviable. Su prisión preventiva complica todo y la incógnita sobre si podrá oficializarse o no mantiene en vilo a sus promotores.

Mientras tanto, el radicalismo también se prepara. Con Martín Arjol como uno de sus referentes nacionales, la UCR misionera convocó a su convención provincial para el 13 de abril. Allí definirán candidaturas y estrategia, pero sin certezas sobre cómo enfrentar a un oficialismo que sigue mostrando músculo territorial.

Del PJ poco y nada: dividido, sin liderazgo claro, algunos sectores se alinean con el rovirismo y otros amagan con jugar por fuera. Nada nuevo bajo el sol misionero.

Lo que está en juego en estas elecciones no es solo el control de la Cámara de Representantes o algunas intendencias. Lo que realmente se debate es si la política misionera seguirá regida por las reglas propias que el rovirismo supo construir —con pactos, tiempos y códigos locales— o si, por primera vez en mucho tiempo, la discusión nacional logrará meterse de lleno y cambiar la lógica del tablero.

La Libertad Avanza no tiene nada que perder y mucho por ganar. Pero en Misiones, donde las estructuras pesan más que los slogans, la pelea no será fácil. El rovirismo, por ahora, juega con ventaja. Aunque, si Milei logra colarse en el corazón del debate, las certezas podrían empezar a tambalear.