Milei promocionó un token cripto sin conocerlo y culpó a la “casta” tras borrar su posteo

El presidente Javier Milei eliminó un tuit en el que promocionaba el token cripto $LIBRA, vinculado al proyecto Viva La Libertad Project, luego de admitir que desconocía los “pormenores” de la iniciativa.

En lugar de asumir responsabilidad por la difusión de un proyecto dudoso, el mandatario optó por redirigir la culpa hacia su blanco favorito: la “casta política”.

Una promoción apresurada y una rectificación tardía

El 14 de febrero, Milei anunció con entusiasmo en X (ex Twitter) el lanzamiento de Viva La Libertad Project, describiéndolo como una herramienta para conectar inversores con emprendedores argentinos a través del token $LIBRA. Apenas un día después, tras una ola de críticas y cuestionamientos, decidió borrar su posteo y justificó su decisión con un mensaje que dejó más dudas que certezas.

“Hace unas horas publiqué un tuit, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna”, escribió el presidente. “No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tuit)”.

Las palabras del mandatario no solo confirman su falta de conocimiento sobre un proyecto que él mismo promocionó, sino que dejan en evidencia la ligereza con la que utiliza sus redes sociales para impulsar iniciativas sin verificar.

Ataque predecible a la “casta” para esquivar responsabilidades

Lejos de hacer una autocrítica, Milei aprovechó la controversia para lanzar otro ataque a sus adversarios políticos. “A las ratas inmundas de la casta política que quieren aprovechar esta situación para hacer daño les quiero decir que todos los días confirman lo rastreros que son los políticos, y aumentan nuestra convicción de sacarlos a patadas en el culo. ¡VLLC!”, escribió.

El mensaje refuerza una estrategia ya conocida: cada vez que el gobierno enfrenta un error o un escándalo, Milei recurre a su retórica agresiva contra la “casta” para desviar la atención. Pero en este caso, ni siquiera sus seguidores más fieles pudieron ignorar el problema de fondo: el presidente había promocionado un token cripto sin la más mínima verificación.

Dudas sobre Viva La Libertad Project y el token LIBRA

Desde el inicio, el proyecto levantó sospechas. Según su web oficial, el token $LIBRA operaba en la blockchain de Solana y prometía financiar emprendimientos locales a través de un formulario online. Sin embargo, no ofrecía detalles sobre el proceso de selección ni la distribución de los fondos.

Uno de los aspectos más alarmantes fue que el sitio proporcionaba como único canal de contacto un correo de Gmail, una señal poco profesional para una iniciativa que supuestamente conectaría a inversores internacionales con startups argentinas.

Reacciones: entre la incredulidad y la indignación

El anuncio del token generó una inmediata ola de críticas, incluso desde la comunidad cripto. El influencer Javier Bastardo se preguntó si la cuenta de Milei había sido hackeada, mientras que la trader Lady Market advirtió que “dos cuentas poseían el 70% del supply” del token y pidió explicaciones.

El economista liberal Carlos Maslatón fue aún más directo: acusó al presidente de estar “directamente involucrado en un fraude criptográfico” y sostuvo que el episodio era “causal de juicio político”.

¿Hackeo o error de comunicación?

Desde el entorno presidencial, confirmaron a Agencia Noticias Argentinas que la cuenta de Milei no había sido hackeada, descartando una posible infiltración externa. Eso deja solo dos opciones: o el presidente no tuvo la precaución mínima de investigar antes de promocionar el token, o bien su entorno de asesores no filtró la información adecuadamente antes de que Milei la difundiera en sus redes.

Milei aseguró que la empresa detrás del proyecto, KIP Protocol, daría explicaciones al respecto, pero hasta el momento no hubo más aclaraciones.

Un episodio que deja en evidencia un problema mayor

Más allá del token en cuestión, este episodio expone una falla recurrente en la gestión de Milei: la falta de rigurosidad y el uso impulsivo de las redes sociales para hacer anuncios oficiales sin chequeo previo. Un presidente que se jacta de ser un experto en economía promocionó sin cuestionamientos un proyecto cripto con características sospechosas y luego, cuando estalló la polémica, optó por culpar a la “casta” en lugar de asumir su responsabilidad.

El problema no es solo que Milei haya borrado un tuit, sino lo que revela: un estilo de gobierno basado en la reacción inmediata, sin análisis ni estrategia, donde la retórica confrontativa se usa como un escudo ante cualquier error.