
Luego de un intenso esfuerzo y con un clima de incertidumbre que rodeaba la situación, el Gobierno logró un importante hito al obtener la aprobación de estas leyes fundamentales. La aprobación de la Ley de Bases y del paquete fiscal representa un paso significativo en la agenda política del presidente Milei, allanando el camino hacia la estabilidad económica y fiscal del país. Este logro refleja la capacidad de negociación y liderazgo del Gobierno frente a un escenario desafiante, marcando un precedente en su gestión y generando optimismo en el futuro de la nación.

En relación a la Ley Bases, el oficialismo y sus aliados de bloques dialoguistas respaldaron unánimemente las modificaciones realizadas por el Senado, obteniendo 147 votos a favor, 107 en contra y dos abstenciones.
Aerolíneas Argentinas, el Correo y los medios públicos quedaron excluidos del grupo de empresas sujetas a privatización en el paquete actual. Sin embargo, el Gobierno ha indicado que planea abordar nuevamente este tema en el futuro a través de leyes específicas para privatizar estas empresas públicas que no fueron incluidas inicialmente en el proceso.
La Ley Fiscal fue aprobada en cuatro etapas: inicialmente se votó un artículo referente a los gastos tributarios, posteriormente se ratificó la reposición del impuesto a las Ganancias para individuos con ingresos superiores a 1.800.000 pesos, y luego se procedió con la modificación del impuesto a los Bienes Personales, la cual contempla una reducción de las tasas impositivas.

Se dejó pendiente la aprobación de otras medidas fiscales, como el blanqueo de capitales, una actualización del régimen de monotributo y la implementación de una moratoria tributaria. Este conjunto de medidas forma parte del paquete fiscal pendiente de aprobación.
La aprobación final de estas dos propuestas marca un punto de inflexión importante en el liderazgo libertario debido a la cantidad de reformas que incluyen cada una, y especialmente por el mensaje político que envían a los agentes económicos que observan de cerca la situación del país.
En un contexto de gran inestabilidad económica, donde el riesgo país se dispara y las acciones y bonos argentinos caen, junto con un dólar paralelo en niveles récord, la novedad de que el Gobierno ha logrado calmar el sistema político a través de acuerdos parlamentarios que se tradujeron en importantes leyes, es un logro significativo tanto para Milei como para un Gobierno que navega en aguas turbulentas y desconocidas.
El Gobierno enfrentó dificultades en su intento inicial de aprobar una extensa ley presentada en diciembre, con 600 artículos, que fracasó. Tras pasar por rigurosos filtros en Diputados y el Senado por presión de la oposición colaborativa, la ley Bases se redujo a la mitad y finalmente fue aprobada en ambas cámaras.
No obstante, en la versión inicial no se contemplaba la inclusión de la reforma de modernización laboral, la cual, entre otros cambios, disminuye o suprime sanciones por falta de registro y extiende el período de prueba de tres meses a un intervalo de entre seis y 12 meses, dependiendo del tamaño de la compañía u organización.
Se excluyó del recorte la eliminación de la moratoria previsional, lo que significa que el régimen especial para regularizar deudas previsionales y otorgar jubilaciones a personas con menos de 30 años de aportes al SIPA seguirá en vigor.
Con dos leyes emblemáticas recién aprobadas, Milei liderará el tan mencionado “Pacto de Mayo” el 9 de Julio en Tucumán, durante la celebración del Día de la Independencia.
Luego de haber calificado al Congreso como un “nido de ratas” y de descalificar repetidamente a la oposición dialoguista con improperios similares, la ostentosa escenificación que Milei prepara para esa fecha será su manera de cicatrizar las heridas, pasar página y culminar un proceso que tomó seis meses de agotadoras negociaciones.
Guillermo Francos, el artífice de esos acuerdos, observó la sesión desde el palco del recinto con Karina Milei, secretaria general de Presidencia y hermana del presidente. Como jefe de Gabinete, disfrutó de un privilegiado lugar mientras presenciaba el desarrollo de los acontecimientos.
La vicepresidenta Victoria Villarruel no podía faltar, llegando con un séquito de custodios y asesores, junto a dos negociadores clave: José Rolandi, vicejefe de Gabinete, y María Ibárzabal, secretaria de Planeamiento Normativo.
Durante el debate en el recinto, surgieron posturas divergentes. El Presidente de la Comisión de Legislación General, Santiago Santurio, lamentó la demora en la aprobación de la primera ley del gobierno de Javier Milei. José Luis Espert, de Presupuesto y Hacienda, consideró crucial la Ley Bases. Aldo Leiva, de Unión por la Patria, criticó la Ley y propuso cambios. Silvia Lospennato del PRO defendió la legalidad de las reformas. Lisandro Nieri de la UCR elogió aportes y criticó exclusiones. Florencia Carignano denunció un “industricidio”. Alejandro Vilca del Izquierda acusó hipocresía en métodos políticos.