Este miércoles, alrededor de 1.600.000 personas se movilizaron en todo el país en el marco de la Marcha Federal Universitaria, que tuvo su epicentro en el Congreso de la Nación, en defensa de la universidad pública y contra el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario.



7 minutos de lectura

Docentes, no docentes, estudiantes y autoridades se sumaron a la masiva protesta, que también contó con la participación de figuras políticas como Sergio Massa, Cristina Fernández de Kirchner y Horacio Rodríguez Larreta.
En la previa de la marcha, un cruce encendió la polémica entre el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ricardo Gelpi, y el secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell. Gelpi calificó de “ridículas” las declaraciones de Torrendell, quien había acusado a las universidades públicas de “inventar” alumnos para justificar mayores presupuestos. “Con todo respeto, eso es una cosa ridícula”, expresó Gelpi en diálogo con radio Rivadavia. “Decir que el 40% de los alumnos son inventados no tiene sentido, es una excusa para desviar la atención de la marcha de hoy”, agregó.
Torrendell había afirmado que “sobre el 38% de los alumnos no hay información de si están inscriptos en materias”, lo que según él, afecta la distribución de los fondos universitarios. Esta controversia se dio en el marco de la creciente tensión entre las universidades y el Gobierno nacional, que justificó su intención de vetar la ley argumentando que no hay fondos suficientes para sostener el aumento presupuestario aprobado por el Congreso.
La marcha y la resistencia al veto
A pesar de que desde el Gobierno reconocen la legitimidad del reclamo salarial y presupuestario, insisten en que el equilibrio fiscal es una prioridad. “El problema no es con las universidades, es con el Congreso que vota proyectos sin sustento financiero”, dijeron fuentes cercanas al presidente Javier Milei. El mandatario tiene planeado oficializar el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, que representaría solo un 0,14% del PBI, a través del Boletín Oficial este jueves, justo antes de que venza el plazo legal para hacerlo.
Sin embargo, la marcha generó presión sobre el Ejecutivo. Horacio Rodríguez Larreta, ex jefe de Gobierno porteño, se sumó a la manifestación y pidió al Gobierno que “escuche el mensaje” y no avance con el veto. “Esta marcha no es política, es una causa ciudadana de todos los argentinos. Estoy en defensa de la universidad pública, soy egresado de Económicas de la UBA y es un orgullo”, manifestó en declaraciones a la prensa mientras era insultando y agredido por manifestantes,
Por su parte, el ex candidato presidencial Sergio Massa también participó y reafirmó su compromiso con la educación pública. “No hay nada más movilizador en términos sociales que la universidad pública”, sostuvo Massa, quien caminó junto a dirigentes de su espacio político. Cristina Fernández de Kirchner, desde el Instituto Patria, respaldó la movilización y recordó cómo la educación pública permitió el ascenso social en su familia: “Soy hija y tributaria de la universidad pública, nacional y gratuita”.

Debate interno en el oficialismo
En el oficialismo, el veto sigue generando controversias. Mientras que en el entorno de Milei insisten en que la educación debe reformarse hacia un modelo más privado, reconocen que las restricciones constitucionales complican cualquier cambio drástico. Fuentes del Poder Ejecutivo admiten que la marcha de ayer fue masiva y que el veto podría ser rechazado en el Congreso, lo que los obligaría a buscar nuevos fondos o profundizar los recortes en otras áreas sensibles, como la salud y la obra pública.El PRO, que hasta el momento no ha definido su postura respecto al veto, continúa debatiendo internamente su apoyo. “Si no apoya el PRO, sería un acto de mezquindad fuerte”, advirtieron desde Balcarce 50. Mientras tanto, Mauricio Macri y Cristian Ritondo, principales figuras del partido, aún no han expresado públicamente su posición.
La Marcha Federal Universitaria, más allá de su carácter multitudinario, marca un momento clave en el debate por el financiamiento de la educación superior en Argentina, y el destino de la Ley de Financiamiento Universitario podría ser decisivo para el futuro de las casas de altos estudios en el país.