Cifras recientes del INDEC revelan una preocupante realidad: el 41,7% de la población argentina vive por debajo de la línea de pobreza, una situación que empeora año tras año. De este total, un 8,7% se encuentra en una situación de indigencia, es decir, sin acceso a alimentos básicos, lo que pone en evidencia la urgencia de actuar ante esta crisis.



3 minutos de lectura

En medio de este complejo escenario, los Bancos de Alimentos de todo el país juegan un rol fundamental. Actualmente, 20 bancos, apoyados por más de 14 mil voluntarios anualmente, rescatan alimentos que, aunque ya no tienen valor comercial, siguen siendo aptos para el consumo humano y conservan su valor nutricional.
Al respecto, Ramos, referente de los Bancos de Alimentos, explica: “Nos encargamos de rescatar, clasificar y distribuir en organizaciones sociales estos alimentos que perdieron su valor comercial, para que se conviertan en platos de comida destinados a quienes más lo necesitan. Somos la organización líder en la sociedad civil que trabaja por garantizar la seguridad alimentaria mediante el recupero de alimentos”. Además, destacó que buscan alianzas estratégicas para promover sistemas alimentarios sostenibles y así reducir el hambre en el país.
Una de las iniciativas clave de esta organización es la campaña “Hagamos que suene”, la cual visibiliza la brutal paradoja que enfrenta Argentina: mientras millones de personas padecen inseguridad alimentaria, miles de toneladas de alimentos nutritivos se desperdician. Este desperdicio no solo agrava la crisis del hambre, sino que también genera un impacto negativo en el medio ambiente. La campaña, además, resalta la importancia del trabajo en red entre los Bancos de Alimentos, empresas y organizaciones sociales, que se unen para recuperar y distribuir estos alimentos a quienes más lo necesitan.
El hambre y la inseguridad alimentaria son problemas que no pueden esperar. Sin embargo, las iniciativas que surgen desde la sociedad civil, como la de los Bancos de Alimentos, demuestran que, con esfuerzo y colaboración, es posible aliviar el sufrimiento de millones de argentinos.
Por: D.C