El avance de la inteligencia artificial (IA) en los últimos años ha sido vertiginoso.



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Lo que comenzó con simples asistentes virtuales capaces de responder preguntas ahora permite generar imágenes, textos y videos, abriendo un mundo de posibilidades… y de riesgos.
Mientras la IA promete facilitar la vida y resolver problemas, también representa un peligro latente: desde la difusión masiva de noticias falsas hasta la manipulación de la información y la pérdida de control humano sobre la tecnología.
Uno de los que encendió la alarma sobre este tema es William Saunders, exingeniero de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT. Hasta febrero de 2024, Saunders formaba parte del equipo que impulsaba la IA, pero decidió renunciar denunciando una “gestión irresponsable” de los riesgos asociados a esta tecnología.
Ahora, desde afuera, no solo advierte sobre los peligros, sino que hasta pone fecha para el desastre: tres años.
Un Titanic tecnológico
En una entrevista con la cuenta @chatgptricks, especializada en inteligencia artificial, Saunders lanzó una frase inquietante:
“En los próximos tres años puede haber un Titanic con la IA: nos manipulará y no nos daremos cuenta.”
El ingeniero comparó el desarrollo de la IA con el hundimiento del famoso barco: el exceso de confianza en su indestructibilidad llevó a ignorar medidas de seguridad y, cuando quisieron reaccionar, ya era tarde.
Según Saunders, lo mismo está ocurriendo con la IA. Nos está moldeando las decisiones, influyendo en nuestras creencias y manipulando la información, pero la mayoría de las personas aún no se dan cuenta.
Además, acusó directamente a OpenAI de conocer estos riesgos y no hacer nada al respecto, priorizando intereses comerciales sobre la integridad de los usuarios.
“Ya no distinguimos la verdad de la mentira”
No es la primera vez que Saunders alerta sobre estos peligros. En una entrevista anterior, aseguró que:
“Para la mayoría de la gente ya es casi imposible distinguir entre lo que es verdad y mentira. OpenAI ya se está utilizando para difundir masivamente información errónea e influir en las elecciones. Temo que al final de este desarrollo habrá un mundo en el que la humanidad ya no tenga el control.”
Si bien sus declaraciones pueden sonar alarmistas, no es el único experto que expresa preocupación. Otros ex empleados de OpenAI han denunciado problemas similares antes de renunciar o ser despedidos.
Incluso, Yann LeCun, jefe del área de inteligencia artificial de Meta, criticó el rumbo de esta tecnología, sobre todo después de que su empresa anunciara estar desarrollando una IA “más inteligente que los humanos, pero obediente”.
¿Es tarde para reaccionar?
La inteligencia artificial no es el futuro, es el presente. Está en nuestros teléfonos, en las redes sociales, en los buscadores y en las noticias que consumimos a diario.
La pregunta no es si va a cambiar nuestra forma de vivir, sino cómo lo hará y quién controlará ese cambio.
Si Saunders tiene razón, la humanidad está navegando un Titanic tecnológico, creyéndose invulnerable mientras avanza directo hacia un iceberg de consecuencias imprevisibles.