En una jornada histórica, la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto de Boleta Única de Papel (BUP) para cargos nacionales, que se utilizará por primera vez en las elecciones intermedias del año próximo.



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La iniciativa, que venía siendo impulsada por diversas fuerzas de la oposición como La Libertad Avanza, el PRO, la UCR, Encuentro Federal, Innovación Federal y la Coalición Cívica, obtuvo 143 votos a favor, 87 en contra y cinco abstenciones.
A pesar del rechazo de Unión por la Patria, que ya había adelantado su postura, y la abstención del Frente de Izquierda, el proyecto avanzó gracias a un acuerdo multipartidario que adoptó el modelo de la provincia de Mendoza, sin incluir el casillero para el voto a lista completa, algo que había sido objeto de debate en las últimas semanas.
Un proceso de negociaciones y resistencia
La discusión sobre la BUP no fue sencilla. La semana pasada, sectores mayoritarios de la oposición intentaron resucitar el modelo aprobado en 2022 en la Cámara de Diputados, que seguía el ejemplo cordobés e incluía el casillero para la lista completa. Sin embargo, esta propuesta chocó con la resistencia de los gobernadores de Río Negro, Misiones y Salta, quienes ya habían acordado con el oficialismo respetar los cambios introducidos por el Senado.
Pamela Calletti, jefa de Innovación Federal y representante de las tres provincias en Diputados, fue quien lideró la oposición a la reinstauración del casillero de lista completa, llegando incluso a amenazar con dejar sin quórum la sesión. Finalmente, la Jefatura de Gabinete intervino y se decidió seguir adelante con el proyecto del Senado, evitando así una ruptura del acuerdo.

¿Qué propone la Boleta Única de Papel?
La ley de Boleta Única de Papel busca simplificar el sistema electoral. En lugar de las tradicionales boletas partidarias, los electores recibirán una única planilla de papel que incluirá toda la oferta electoral nacional. La boleta estará dividida en filas horizontales para cada categoría de cargos (presidente, senadores, diputados, etc.) y columnas verticales para cada agrupación política.
Por cada cargo, los votantes deberán marcar un único casillero. Si seleccionan más de uno, el voto será nulo, y si no marcan ninguno, se contará como voto en blanco. Aunque no habrá un casillero especial para el voto en blanco, sí se incluirá la inscripción “No presenta candidato” cuando una agrupación política no compita en alguna categoría.
La boleta también incluirá los nombres y fotografías de los primeros candidatos de cada lista, asegurando que se respeten las normativas de paridad de género.

Un avance hacia la transparencia
La diputada nacional del PRO, Silvia Lospennato, fue una de las principales defensoras del proyecto y no dudó en destacar los beneficios que traerá la Boleta Única de Papel. Según Lospennato, este sistema “eliminará la parte más vergonzosa de la política”, refiriéndose a la práctica clientelista de repartir electrodomésticos o bolsones de comida junto a la boleta partidaria. La legisladora también valoró el hecho de que tanto Mauricio Macri en su momento, como Javier Milei en la actualidad, apoyaron esta reforma, pese a que no les convenía electoralmente.
Para Lospennato, la BUP es un sistema más transparente que reducirá la influencia del dinero en las elecciones, además de ahorrar millones en impresión de boletas. “Este cambio también va a disminuir la corrupción de aquellos que se hacen de dinero de maneras impropias para solventar una elección”, afirmó.
Por su parte, Karina Banfi, diputada de la UCR, celebró el acuerdo multipartidario que permitió avanzar con la BUP, aunque reconoció que le dejó un “sinsabor” no haber logrado incluir el casillero de lista completa. Aun así, destacó que este proyecto representa un gran avance en el sistema electoral.
Impacto ambiental y económico
La diputada Marcela Campagnoli, de la Coalición Cívica, también se mostró a favor de la nueva ley, destacando que, además de aportar transparencia, la BUP reducirá el impacto ambiental al utilizar menos papel y generará un ahorro significativo en recursos. “El robo de boletas ha sido un problema en varias elecciones, y con la Boleta Única de Papel, se garantiza que todas las opciones estén presentes en el cuarto oscuro”, sostuvo Campagnoli.
Un cambio de gran magnitud
La aprobación de la Boleta Única de Papel marca un antes y un después en el sistema electoral argentino. Con el foco puesto en la transparencia y la equidad, la BUP promete ser una herramienta que simplifique el voto, reduzca el gasto público y combata prácticas clientelistas. Sin embargo, el desafío de seguir perfeccionando el sistema queda latente, con sectores que aún reclaman la posibilidad de votar por listas completas.