Entre propuestas que desafían el status quo y un Congreso casi desierto, el inicio de sesiones marca un nuevo y encendido capítulo en la política argentina.



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1. Propuestas radicales y discurso incendiario
En su discurso inaugural, Javier Milei se mandó propuestas de oreja: pidió bajar la edad de imputabilidad de 16 a 13 años, endurecer las penas en el Código Penal y anunció que ya están trabajando en el diseño de una ley de seguridad nacional. Con tono desafiante, el presidente subrayó que su gobierno está cumpliendo más del 75% (¡inédito, según él!) de las promesas de campaña, marcando un antes y un después en la política argentina.
2. Una Asamblea semivacía que habla por sí sola
La imagen que se llevó el país fue la de un Congreso con amplios espacios vacíos. La ausencia deliberada de legisladores de la oposición –en especial los del bloque Unión por la Patria– y de varios gobernadores peronistas, que se retiraron en señal de rechazo a la gestión de Milei, dejó un escenario atípico. Mientras las bancas quedaban desiertas, los palcos se llenaron de militancia libertaria, evidenciando la polarización y la fractura política que atraviesa el país.
3. Tensión en el recinto: enfrentamientos y polémicas
La sesión no fue solo retórica. Se encendieron los ánimos con el diputado Facundo Manes, quien, al levantar la Constitución para cuestionar los planes de Milei sobre la Justicia Federal, desató un enfrentamiento. El asesor Santiago Caputo reaccionó con dureza, interceptando y golpeando a Manes, lo que avivó la furia y el debate tanto dentro del Congreso como en redes sociales. Además, la prensa no se libró de episodios de hostigamiento y expulsiones, lo que generó alarma en el ámbito periodístico.
4. Caída de audiencia y desconexión con el público
Milei eligió el prime time para transmitir su mensaje en cadena nacional, pero los números no respaldaron la apuesta. Los ratings en canales de aire y en medios de noticias cayeron de forma progresiva durante el discurso, reflejando un marcado desinterés del público frente a un acto que, en teoría, pretendía unir y marcar un nuevo rumbo.
5. Avances económicos y de seguridad: la otra cara de la moneda
Entre tanta confrontación, el mandatario no dejó de resaltar logros de su gestión. Afirmó que se está avanzando en un acuerdo con el FMI para sanear el Banco Central y acabar con el cepo cambiario antes de fin de año. También destacó que se registró el índice de homicidios más bajo de los últimos 25 años, la eliminación de organismos que consideraba obsoletos –como el INADI, el INCAA, el Ministerio de la Mujer y Télam– y el cambio de un déficit heredado a un superávit financiero sin default. Todo esto enmarcado en una gestión que, según Milei, ha cumplido casi el 97% de sus promesas.
6. Un cierre polémico y un mensaje inconfundible
El día cerró con un episodio tenso entre el presidente y la vicepresidenta Victoria Villarruel. Cuando ella intentó dar por finalizada la sesión, Milei la interrumpió con un “No te apures. No terminé”, dejando en evidencia la falta de coordinación en un ambiente ya cargado de disputas internas. El mandatario finalizó su intervención con su característico lema: “Que Dios bendiga a los argentinos, que las fuerzas del cielo nos acompañen y viva la libertad, carajo”, una despedida que resume el tono de su gobierno: directo, sin pelos en la lengua y dispuesto a romper con lo establecido.