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Central Córdoba de Santiago del Estero, último campeón de la Copa Argentina, se despidió tempranamente del certamen tras caer 1-0 ante Quilmes en los 32avos de final. En un partido disputado en el estadio Julio César Villagra de Córdoba, el conjunto del sur bonaerense sorprendió con un gol de Camilo Machado y avanzó a la siguiente ronda.
Un partido cerrado y con final sorpresivo
Desde el inicio, Quilmes dejó en claro que no iba a ser un rival fácil. Con una presión alta, incomodó al “Ferroviario” y le impidió manejar el juego con comodidad. Central Córdoba, por su parte, intentó imponer su jerarquía a través de la posesión, pero sin profundidad ni claridad en los metros finales. El primer tiempo se consumió sin grandes emociones y con el marcador en cero.
En el complemento, el equipo dirigido por Darío Franco encontró su oportunidad. A los 32 minutos, Camilo Machado sacó un remate cruzado que venció la resistencia de Alan Aguerre y desató el festejo del “Cervecero”. Con el golpe recibido, el campeón defensor fue en busca del empate con más empuje que fútbol, generando varios tiros de esquina en el tramo final. Sin embargo, Maximiliano Gagliardo se mostró seguro bajo los tres palos y sostuvo la ventaja hasta el pitazo final.
Un adiós inesperado y objetivos distintos
Con esta derrota, Central Córdoba se despide rápido de la Copa Argentina y pierde la posibilidad de defender el título logrado el año pasado. Ahora, deberá enfocarse en la recta final del Torneo Apertura 2025 y en su histórica participación en la Copa Libertadores.
Por el lado de Quilmes, el triunfo representa un envión anímico importante. No solo avanzó de fase en el torneo más federal del país, sino que también toma confianza para su gran objetivo: volver a la Primera División. En la próxima ronda, enfrentará al ganador del cruce entre San Lorenzo y Sportivo Las Parejas, que jugarán este domingo a las 19:15.
El fútbol argentino vuelve a demostrar que en la Copa Argentina no hay lógica ni favoritos. Central Córdoba lo sufrió en carne propia, mientras que Quilmes sigue soñando.