Este miércoles 9 de octubre, el Gobierno logró dar vuelta la votación sobre el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, en gran parte gracias al apoyo de sectores inesperados dentro del Congreso. Con la ayuda del PRO y la fragmentación de votos en otros bloques, el oficialismo pudo evitar que el proyecto siguiera su curso en el Senado, aunque no sin controversia.




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La clave para este giro fue la intervención del ex presidente Mauricio Macri, quien el domingo anterior dio una directiva a los legisladores del PRO a través de un tuit, lo que ayudó a emparejar la balanza. Sin embargo, ese respaldo no habría sido suficiente de no haber conseguido más aliados. La división interna de la UCR fue decisiva, especialmente la actuación de los llamados “radicales con peluca”, un apodo malicioso para los cinco legisladores que traicionaron la línea de su bloque.
Uno de los giros más inesperados fue el del misionero Martín Arjol. En la sesión del 15 de agosto, había votado a favor del financiamiento universitario, pero en menos de dos meses cambió su postura y respaldó el veto. Junto a él, los radicales Mariano Campero, Martín Picat y José Federico Tournier votaron a favor del oficialismo, mientras que Pablo Cervi optó por abstenerse, a pesar de haber apoyado el financiamiento en la votación anterior.
La fragmentación del bloque Innovación Federal también fue clave. Mientras que días antes los ocho diputados del interbloque planeaban votar junto a la oposición, los cuatro representantes de Misiones decidieron abstenerse en el último momento, cambiando así el rumbo de la votación. Los diputados de Salta y Río Negro, por su parte, mantuvieron su voto en favor del financiamiento universitario, como en la sesión anterior.
Otro punto de inflexión fueron las gestiones del Gobierno con los gobernadores, como el chubutense Ignacio “Nacho” Torres. A través de su intervención, uno de sus diputados, Jorge “Loma” Ávila, quien inicialmente apoyaba el financiamiento, se ausentó de la sesión, mientras que Ana Clara Romero, también del PRO y quien había expresado su respaldo a las universidades públicas, votó a favor del veto.

La ausencia de algunos diputados también levantó sospechas, como la de Fernanda Ávila, de Unión por la Patria, cuyo gobernador, Raúl Jalil, habría intervenido para que faltara, en un intento por mantener la sintonía con el Gobierno.
La distribución de los votos
El resultado final mostró 159 votos afirmativos, 85 negativos y 5 abstenciones. Dentro de los afirmativos, Unión por la Patria aportó 98 de sus 99 diputados, mientras que el PRO solo sumó dos apoyos, uno de ellos el del mencionado Héctor Baldassi. Los radicales dividieron sus votos, con algunos apoyando el financiamiento y otros inclinándose por el veto.
En el lado de los negativos, La Libertad Avanza y la mayor parte del PRO votaron en contra, mientras que los misioneros y algunos radicales optaron por abstenerse. La estrategia del Gobierno, sumada a las divisiones en la oposición, fue fundamental para inclinar la balanza y mantener su posición frente a la ley universitaria.
Este desenlace muestra nuevamente la complejidad de las alianzas en el Congreso, donde los intereses locales y las presiones políticas pueden cambiar rápidamente el destino de una ley.

Estos son los 10 diputados que cambiaron su voto respecto de cuándo se votó esta misma ley el 15 de agosto
Este cambio de postura fue determinante para el resultado final en el que el oficialismo logró dar vuelta la votación y evitar que el veto al financiamiento universitario fuera rechazado en el Senado.