En los últimos días, las redes sociales se llenaron de retratos, escenas de películas y hasta memes transformados al mejor estilo Studio Ghibli.



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Colores apagados, paisajes oníricos y esa estética nostálgica que caracteriza al cine del legendario Hayao Miyazaki, reaparecieron en una nueva tendencia impulsada por la inteligencia artificial. ¿El detalle? Detrás de muchas de estas imágenes está ChatGPT, la IA de OpenAI que ya no solo escribe, sino que también “imagina”.
Uno de los grandes promotores de esta moda fue el mismísimo Sam Altman, CEO de OpenAI, quien compartió en sus redes varias de estas creaciones visuales generadas con solo una foto y unos pocos clics.
Pero mientras Internet celebra esta nueva forma de “homenaje” visual, desde Japón llegan palabras que incomodan.

Miyazaki, tajante: “Es un insulto a la vida misma”
El director de joyas como El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro o La tumba de las luciérnagas ya había expresado su rechazo a este tipo de tecnologías. En una presentación pasada, luego de ver imágenes creadas por IA, calificó las secuencias como “movimientos grotescos que los humanos no podemos imaginar”.
“No puedo ver estas cosas y encontrarlas interesantes. Creo firmemente que esto es un insulto a la vida”, sentenció Miyazaki, con una postura clara: la creación artística no puede ni debe ser reemplazada por algoritmos.
Más allá de lo estético, sus críticas apuntan a una crisis más profunda. Para él, el arte nace del dolor, la empatía, el vínculo con la naturaleza y la experiencia vital. Y eso, asegura, ninguna máquina puede replicarlo.
El peligro de delegar el alma del arte
En su cosmovisión, la IA no solo amenaza la calidad del arte, sino también su sentido más espiritual. Ver cómo cualquier persona puede generar una imagen estilo Ghibli en segundos representa, para el director japonés, un síntoma de decadencia cultural: la fascinación por lo fácil, lo rápido y lo superficial.
“La humanidad está perdiendo fe en sí misma”, declaró alguna vez. Para Miyazaki, la inteligencia artificial no es progreso, sino un espejo de una sociedad que se desconecta de la sensibilidad humana.
¿Homenaje o vaciamiento artístico?
La polémica está servida. Mientras miles de usuarios ven estas imágenes como una forma de rendir tributo al arte de Ghibli, para su creador, este fenómeno es el reflejo de una crisis del alma creativa.
En el medio, la tecnología avanza, las herramientas se multiplican y el debate sobre el rol de la IA en el mundo del arte no hace más que profundizarse.
¿Estamos ante una revolución creativa o ante una pérdida de lo más humano del arte? La respuesta, como siempre, dependerá de qué tan dispuestos estemos a escuchar a los verdaderos artistas.