Caña con ruda: el ritual ancestral que cada 1° de agosto une a los misioneros con la Pachamama

Entre tragos, raíces y creencias, cada primero de agosto en Misiones y gran parte del país se honra una tradición que va mucho más allá de un simple brindis. Se trata del ritual de tomar caña con ruda, una costumbre ancestral que sigue más viva que nunca.

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En el primer día de agosto, muchos se despiertan con una idea fija: tomar un sorbo de caña con ruda en ayunas. Para algunos, es una costumbre heredada de abuelos y abuelas. Para otros, un gesto de fe, de respeto a la Madre Tierra, o simplemente una tradición popular que marca el inicio de un nuevo ciclo.

¿De dónde viene esta costumbre?

La tradición tiene raíces profundas en las culturas originarias de América del Sur, particularmente en los pueblos guaraníes. Se entrelaza con el Día de la Pachamama, una fecha sagrada en la que se rinde homenaje a la Madre Tierra. La llegada de los españoles no eliminó estas creencias, sino que las mezcló con otras, dando origen a un sincretismo que perdura hasta hoy.

¿Por qué se toma caña con ruda?

El ritual tiene un trasfondo espiritual y simbólico muy fuerte. Por un lado, la ruda es una planta considerada sagrada, con propiedades curativas y protectoras. Se dice que ahuyenta las malas energías, la envidia, las enfermedades y la mala suerte. Por el otro, la caña —generalmente caña paraguaya o ginebra— se usaba como vehículo para potenciar esas propiedades y como símbolo de celebración.

Juntas, forman una bebida que no sólo limpia, sino que protege y fortalece. Tomarla significa agradecer a la naturaleza por todo lo que brinda y pedir protección para el resto del año.

¿Cómo se prepara?

El proceso es simple pero requiere algo de paciencia:

  • Se colocan ramitas de ruda macho (la más potente, dicen) en un frasco con caña o ginebra.
  • Se deja macerar por al menos una semana, aunque algunos la preparan desde julio para que tome más fuerza.
  • El 1° de agosto se bebe en ayunas, de un solo trago o en pequeños sorbos, según la tradición familiar.

Muchos la guardan y la siguen tomando durante todo el mes de agosto, o en momentos donde sientan que necesitan “una limpieza”.

Más que un ritual, un acto de identidad

En Misiones, esta práctica se mantiene con fuerza, tanto en zonas rurales como urbanas. No es raro ver comercios, ferias y hasta instituciones ofreciendo caña con ruda de forma gratuita. En escuelas o centros culturales, se enseña el valor simbólico de esta bebida, como parte de la identidad regional.

Una tradición que se transmite de boca en boca

En un mundo donde lo espiritual muchas veces queda relegado, este ritual sobrevive gracias a la transmisión oral, a la memoria colectiva y al respeto por la tierra. No importa si uno cree o no, la caña con ruda cada 1° de agosto sigue siendo un acto de conexión: con nuestros ancestros, con la naturaleza, y con nosotros mismos.