En una noche épica en el estadio Monumental, Botafogo venció 3-1 a Atlético Mineiro y se coronó campeón de la Copa Libertadores por primera vez en su historia.
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El “Fogão” dejó su huella en el fútbol sudamericano tras superar a rivales de peso como Peñarol, São Paulo, Palmeiras y, finalmente, el “Galo” en un partido lleno de emoción, drama y polémica.
El desarrollo del partido
El encuentro comenzó con un giro inesperado: apenas al minuto de juego, Gregore, mediocampista de Botafogo, vio la tarjeta roja directa tras una brutal patada a la cabeza del argentino Fausto Vera. Con un jugador menos, el equipo dirigido por Artur Jorge parecía condenado a sufrir, pero mostró un temple digno de campeón.
Atlético Mineiro, liderado por su estrella Eduardo Vargas, aprovechó la superioridad numérica para dominar el balón y generar peligro. Sin embargo, a los 35 minutos, Luiz Henrique rompió el marcador tras una gran jugada colectiva que inició con el argentino Thiago Almada llevando el balón al área. La frialdad de Henrique desató el primer grito de gol para los hinchas del “Fogão”.
Minutos después, el árbitro Facundo Tello, tras consultar el VAR, sancionó un penal a favor de Botafogo por una entrada peligrosa del arquero Éverson. El defensor Alex Telles no titubeó: con un disparo cruzado al palo izquierdo, amplió la ventaja a 2-0 antes del descanso.
La reacción del “Galo”
En el complemento, Atlético Mineiro salió decidido a buscar el descuento. Con tres cambios estratégicos, incluyendo el ingreso de Eduardo Vargas, el “Galo” encontró el gol rápidamente. El chileno conectó de cabeza un centro perfecto y venció al arquero John, renovando las esperanzas de los suyos.
Pero cuando el partido parecía encaminarse hacia un final dramático, Júnior Santos liquidó el encuentro en la última jugada. Con un contragolpe letal, anotó el tercer gol para Botafogo y selló la victoria histórica.
Un título para la historia
El título marca un antes y un después para Botafogo, un club con una rica tradición pero que nunca había conquistado América. La gesta del equipo carioca quedará grabada en los libros de historia, no solo por el trofeo, sino también por su capacidad de sobreponerse a la adversidad desde el inicio del partido.
La Copa Libertadores 2024 tiene un nuevo rey, y su nombre es Botafogo. El “Fogão” no solo levantó el trofeo más importante del continente, sino que también dejó una lección de resiliencia y pasión.