Claudia Díaz, madre de Juana Sirimarco, la niña que falleció tras regresar a Posadas de su viaje de egresados, acusó a la empresa de viajes, a la maestra y a la escuela Instituto Cristiano República Argentina (ICRA) de “abandono de persona”. Según Díaz, su hija no recibió la atención médica adecuada, lo que llevó a un desenlace trágico.



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Díaz relató que Juana se descompuso durante el trayecto desde Córdoba y que, al llegar a Posadas, “ya no podía reaccionar”. La madre denunció que la maestra a cargo del grupo no tomó las medidas necesarias pese a los signos evidentes de que la niña estaba mal. “Cómo la maestra no se va a dar cuenta de que una persona está mal, una niña. Fue abandono de persona. Mi hija ya tenía la presión bajísima, el corazón no le latía bien y estaba somnolienta, se dormía”, expresó con indignación.
En medio del viaje, Claudia pidió que llevaran a su hija al hospital de Virasoro, Corrientes, pero la respuesta de la maestra fue negativa: “Me dijo ‘no, no, acá no la voy a dejar, este es un lugar horrible. Falta poco para llegar’”. Al no poder comunicarse con su hija directamente en ese momento, Díaz relató cómo se sintió impotente al enterarse más tarde del mal estado de Juana. “Sé que ella tampoco le iba a decir nada a la maestra porque era muy obediente, hacía todo lo que le decían”, comentó.
Cuando finalmente logró hablar con su hija al día siguiente, Juana le dijo: “Ya no puedo más, necesito bajar”. Ante esto, Díaz contactó al padre de la niña, quien fue a la empresa de viajes en busca de ayuda, pero lo único que consiguieron fue “un auto común de no sé quién con una mujer”.
Juana fue trasladada al Hospital Pediátrico Fernando Barreyro de Posadas, donde lamentablemente falleció horas después a causa de un cuadro de influenza B combinado con una sepsis.
La respuesta de la empresa de viajes Viaturex
Ante las acusaciones, el dueño de la empresa Viaturex, Mariano Soczyuk, brindó explicaciones sobre cómo actuaron en relación al caso. Soczyuk, quien aseguró que llevan más de 25 años organizando viajes estudiantiles, sostuvo: “Sentimos que no hicimos nada mal”. Según el empresario, Juana abordó el colectivo sin síntomas aparentes el día del regreso, aunque un día antes había recibido atención médica por haberse dislocado una rodilla en un tobogán de agua.
Soczyuk destacó que la empresa cuenta con “seguro de accidentes, seguro de responsabilidad civil y un servicio de asistencia médica” para todos los contingentes. Según su reconstrucción de los hechos, Juana comenzó a presentar síntomas durante el viaje de regreso, alrededor de las 3 de la madrugada, cuando tuvo vómitos y fiebre de 38 grados. Se le administró medicación bajo indicación médica, pero los síntomas persistieron.
“El cuadro comenzó a evidenciarse cuando estaban en la zona de San Jaime de la Frontera, en Entre Ríos. La medicación hizo efecto, la fiebre bajó y la nena durmió hasta casi llegar a Virasoro, en Corrientes. Ahí vuelve a vomitar sólo agua y el padre nos vino a ver”, explicó Soczyuk. Ante esto, ofreció la posibilidad de llevar a Juana directamente al hospital, pero se decidió continuar hasta la parada en Fátima, donde algunos chicos debían descender. Fue entonces cuando la familia solicitó una ambulancia para la niña.
El empresario también resaltó que Juana “se bajó del auto y subió por sus propios medios a la ambulancia”, acompañada por la docente y el coordinador del viaje. Pese a los esfuerzos, Juana fue trasladada al Hospital de Pediatría de Posadas, donde falleció el sábado a causa de un shock séptico.
Viaturex subrayó que, además de las atenciones puntuales, los médicos que acompañan los viajes revisan tres veces al día a los estudiantes en los hoteles, en busca de cualquier síntoma que requiera atención.
El comunicado del Instituto ICRA
Por su parte, el Instituto Cristiano República Argentina (ICRA), donde Juana cursaba el último año de primaria, emitió un comunicado público en el que aclaró su posición frente a los hechos. La institución se desligó de responsabilidades al enfatizar que no participaron en la organización del viaje, y que no formaba parte de las actividades institucionales. El comunicado expresó lo siguiente:
“Lamentamos profundamente la pérdida de nuestra querida alumna Juana Sirimarco y acompañamos a su familia en este doloroso momento. Queremos aclarar que el viaje de egresados no fue organizado ni avalado por nuestra institución. La escuela no tiene injerencia en la planificación o ejecución de este tipo de actividades, que son organizadas de manera independiente por los padres y la empresa de viajes correspondiente.”
Además, el colegio decidió suspender las clases “para preservar la integridad emocional de todos los integrantes de la comunidad educativa”. En el comunicado, también se expresaba el compromiso de la escuela en colaborar con las autoridades para cualquier requerimiento relacionado con la investigación en curso.
Investigación en curso
El juez Ricardo Balor, por su parte, inició una investigación de oficio para determinar si hubo alguna conducta que deba ser penalmente investigada. Hasta el momento, la única información oficial proviene de los médicos que atendieron a la menor.
Este trágico episodio abre interrogantes sobre la responsabilidad de los adultos a cargo de los viajes estudiantiles y las medidas de prevención necesarias para evitar nuevas desgracias en un contexto que debería ser de alegría y celebración para los estudiantes y sus familias.